18 de julio de 2010

Renuncio I

Renuncio a ser el verdugo

De mi único acto libre

El yo está intacto (¿feliz?)

Casi como recién salido de la matriz.

Un monstruo dentro de un botón de flor,

Un tirano en potencia,

Un ser humano.


Renuncio al abismo

Y a la palabra que se ajusta a él

No me sienta bien ajusticiar a los bastardos

Pues soy hijo único de la duda, agradézcanme.

La luz fue apagada

Y un hedor maldito entro junto con las sombras


Renuncio a la moral.

Y a toda idea preconcebida que venga de ella

Me quise ensuciar las manos con la sangre de Dios

Pero alguien se me adelanto.

Quiero hablar con el corazón en la boca

Y Despojar al mundo de su asquienta vanidad

En mi versión aquello es justicia.


Renuncio a la belleza.

Fue un castigo insufrible, un dedo en la yaga.

Grito incansablemente desde las tripas

Un sonido atroz e imperfecto

(Como nuestras almas)

Que me Condena a ser espectador de la vida humana.

De la cual renuncio.

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